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[HDE] 1.La ocupación Napoleónica

created Oct 1st 2017, 15:39 by Sergieku


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El rey Carlos IV subió al trono español en 1788 e inmediatamente se vio desbordado por las consecuencias que podían derivarse de la expansión en España de los ideales de la Revolución francesa de 1789.
1.1 El impacto de la Revolución francesa
La influencia de la Revolución francesa en España favoreció la difusión de las ideas liberales, pero también generó reacciones de rechazo en la Corte y entre los privilegiados. El rey Carlos IV suprimió toda influencia ilustrada en su gobierno, nombró a Manuel Godoy secretario del Estado y cerró la frontera para evitar el contagio.
La ejecución de Luis XVI en 1793 empujó a Carlos IV a unirse a la coalición militar europea en guerra contra Francia. La derrota de las tropas españolas fue inapelable, los costes económicos resultaron extraordinarios y la Paz de Basilea (1795) subordinó a España a los intereses franceses.
La subida al poder de Napoleón comportó un cambio de orientación en la política exterior y España se convirtió en aliada de Francia. Fruto de esta alianza fue la guerra contra Gran Bretaña, que comportó la derrota de la flota franco-española en Trafalgar, que supuso la pérdida de casi toda la flota española y la Hacienda se vio privada de los recursos procedentes de las colonias a consecuencia de la interrupción del comercio atlántico. Godoy recurrió al endeudamiento, al aumento de las contribuciones y a la desamortización de tierras eclesiásticas, con el fin de conseguir recursos para la Hacienda. Estas medidas provocaron la oposición de la Iglesia y la nobleza, y la animadversión de Fernando, el hijo de Carlos IV, que desconfiaba de la influencia de Godoy en su padre.
A todo ello se unió el descontento popular (elevados impuestos, carestía de alimentos, hambre, epidemias...), que derivó en motines. El desprestigio del gobierno ponía en jaque a la misma monarquía.
1.2 La ocupación napoleónica
La situación se deterioró aún más cuando España firmó el tratado de Fontainebleau (1807), que autorizaba a los ejércitos franceses a entrar en el país para atacar a Portugal. Además, fijaba un futuro reparto del país vecino, del que Godoy recibiría un principado.
La entrada de las tropas francesas se produjo en febrero de 1808 y, más allá de lo fijado en el tratado, fueron ocupando plazas estratégicas (Barcelona, Vitoria...). Las autoridades españolas aceptaron su presencia, cada vez más amenazante, hasta que la familia real huyó a Aranjuez cuando las fuerzas imperiales llegaron a Madrid, para iniciar el avance y la ocupación hacia el Sur peninsular.
En esta situación se produjo el motín de Aranjuez (18 de marzo de 1808), impulsado por nobles y eclesiásticos y protagonizado por soldados y sectores populares, que exigían la destitución de Godoy y la renuncia de Carlos IV a favor de su hijo Fernando.
Al día siguiente fue proclamado rey Fernando VII, pero la crisis de la monarquía se agravó cuando Carlos IV solicitó la ayuda de Napoleón para recuperar el trono. Bonaparte, constatando la debilidad de los Borbones, decidió convocar a los monarcas en Bayona y ocupar España para anexionarla a su imperio. En la ciudad francesa, ambos reyes aceptaron abdicar de la Corona y, con esta legitimación, Napoleón nombró a su hermano José rey de España y convocó unas cortes en Bayona para aprobar una Constitución.
A las Cortes acudieron 65 notables españoles que aprobaron un código constitucional (Estatuto de Bayona), propuesto por Napoleón, de contenido reformista: abolía los privilegios y reconocía la igualdad de los españoles ante la ley, los impuestos y el acceso a los cargos públicos. Además, José I fue reconocido como nuevo rey.
1.3. Revueltas populares y juntas
La situación de las poblaciones con presencia francesa era muy tensa. La evidencia de que se trataba de una invasión y no de un tránsito, las extorsiones realizadas por el ejército imperial (alimentos, ocupación de viviendas...) y el rumor de que Napoleón había secuestrado por la fuerza a los reyes en Bayona provocaron motines y resistencias en las ciudades ante la pasividad de las autoridades españolas.
El levantamiento de Madrid, el 2 de mayo de 1808, y la extrema represión de que fue objeto por el general Murat, fueron el detonante que generalizó la revuelta. El alzamiento contra los franceses estuvo impulsado por las clases populares y algunos notables locales , a la vez que contó con el clero como eficaz agente movilizador en defensa de la religión católica y de la monarquía.
Incapaces de controlar la rebelión popular y de frenar la ocupación francesa, las instituciones perdieron el control político y se generó un vacío de poder y el desmoronamiento institucional del Antiguo Régimen. Los insurrectos, que se denominaron patriotas, crearon juntas integradas por las élites locales. Los voluntarios, unidos a una parte del ejército, consiguieron victorias como las de Bruc (Barcelona) y Bailén (Jaén), que obligaron a José I a replegarse al Norte del Ebro. Las juntas locales crearon una Junta Suprema Central (septiembre de 1808), que reconoció al rey Fernando VII y asumió la autoridad hasta su retorno.

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