Dos mil caracteres, máximo dos mil cien, dijo el editor cultural de EL TIEMPO por teléfono al comunicarme que el nuevo diseño del periódico reduce a la mitad el texto de esta columna. La decisión del cambio de diseño no es más que un acatamiento pragmático por parte de los dueños del periódico de un hecho cultural que es, en suma, una nueva división del territorio mental del hombre, donde gana lo visual en detrimento de lo textual. En el fondo la sacralización del texto tiene la edad de Gutenberg, y lo que estamos es cerrando un paréntesis de medio milenio durante el cual primó un intento por alfabetizar el mundo y transmitir ideas por medio de palabras. En 1972, Umberto Eco previó, con razón, que vamos hacia una nueva Edad Media y con respecto a esta apoteosis de lo visual si que es cierto: baste recordar el valor didáctico que tenía la emblemática para sintetizar un conocimiento, en buena parte cargado de símbolos, pero idóneo para que el individuo de entonces memorizara lo necesario para sobrevivir y estar informado sin el alfabeto. Con la capacidad multiplicadora de la tecnología y los millones invertidos en publicidad, la repetición de logotipos condiciona al individuo para captar en un segundo de autopista que la M redondeada y gigantesca traduce hamburguesa, papas fritas y Coca Cola. Acribillados de imágenes -una foto quiere decir guerra o gol-, la función del arte pasa a ser selectiva y ordenadora, pero a la vez está cargada de impotencia ante el fundamento rector de este reemplazo del análisis por el ideograma, el logotipo por el flash: la prisa, que otros llaman falta de tiempo. Acaso el arte, la pintura, sea uno de los últimos baluartes contra el apresuramiento, postrera manifestación de una especie que llegó a creer que el tiempo es oro y trató de vivir a la carrera para acumular dólares. Pero el tiempo es el tiempo y algún lugar, alguna actividad debe quedar en nombre de este delicioso anacronismo. Contadordecaracteres.com Es un contador automático de caracteres y palabras en un texto. Solo coloque el cursor dentro de la caja de textos y comience a escribir y el contador de caracteres comenzará a contar sus palabras y caracteres a medida de que usted vaya escribiendo. También puede copiar y pegar bloques de texto de un documento que tengas ya escrito. Solo pegue el texto dentro de la caja del contador y rápidamente se mostrara la cantidad de caracteres y palabras que contenga el texto pegado. Esta herramienta es útil para sus tweets en Twitter, y también para una multitud de otras aplicaciones. El límite de caracteres en Twitter es de 140. Un mensaje de texto a tu celular el límite es 160. Anuncios de Google son 25 caracteres para el título, 70 para el cuerpo del anuncio y 35 para la URL que se muestra.