Un Asistente Ejecutivo demuestra destreza profesional por medio de sus modales y el respeto al prójimo, y al secreto profesional. Su trato respetuoso, amable y discreto genera confianza en sus superiores, así como en clientes y compañeros. Su capacidad para gestionar información confidencial sin divulgarla, tergiversarla o usarla para beneficio propio es fundamental. Ser cortés en todo momento y mantener la privacidad de los asuntos institucionales o de los clientes lo hace digno de su puesto, reflejando profesionalismo y compromiso con su labor diaria. La confidencialidad y respeto son valores fundamentales para un Asistente Ejecutivo, ya sea en su trato presencial como en las interacciones en línea.